Desde el lenguaje, la función de esas dos palabras en el juego nos muestran la fuerza de sustitución, la instancia de significacion e incluso la negación, como posibilidades lingüísticas.
Una poeta que conocí recientemente, la bonaerense Irene Gruss, nos ofrece en su poema: "Juegos con mi hija" otra lectura del juego infantil. ¿O será la misma?
"Se tapa la cara
con un pañuelo azul, y
dice
y mi hija aparece,
porque la iluminación
en un escenario no es real. Hay
un redondel de luz que se mueve
dentro y fuera de lo que estamos
viendo, y todo
lo que allí pase va a ser aceptado,
como quien acepta la historia.
Mi hija aparece tras el pañuelo azul; su cara
se ilumina como en cualquier escenario,
y ahora dice que
está, como quien confirma
la magia."
.
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