lunes, 25 de enero de 2010

¿Qué es el alma?

Las últimas entradas del blog comienzan a rondar cuestiones relativas a la adquisición del lenguaje.
Recuerdo una anécdota:
Mi hijo Pablo, de 4 años, nos preguntó inquisitivo durante la cena: ¿"qué es el alma?". Nuestra respuesta, puestos en un aprieto, requirió el uso de muchas palabras analizadas previamente para que resulten adecuadas a la comprensión de Pablo. Expusimos creencias, diminutas consideraciones filosóficas y argumentos variados. Pablo esperó expectante. Por fin, cuando nuestro silencio marcó el final de los enunciados, replicó confundido: "Yo no digo eso, yo digo lo que se rompen los chicos cuando se caen".
¿Cuántas veces se ignora en los estudios de lenguaje esta relación de los padres y el niño influyéndose mutuamente?
Los niños descrubren activamente las reglas del sistema lingüístico, no por imitación sino a través de las experiencias con significado, experimentando con las reglas y probando sus propias hipótesis.
Suele ignorarse el aspecto estructural y tomar la adquisición linealmente, centrada en aspectos aislados como producción y percepción.
Los que trabajamos con el lenguaje debemos considerar también estas cuestiones. No nos vaya a pasar como en esta historieta:


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